Las fechas en las que se escribieron los Evangelios, tanto los Sinópticos como el Evangelio de San Juan, son fechas aproximadas sobre las que no hay un consenso definitivo. El propósito de los Evangelios no es dar fechas y datos exactos de los acontecimientos que estaban sucediendo o que iban a suceder sino más bien presentar a la Persona del nuestro Señor Jesucristo como el Mesías esperado, el Salvador, el Redentor.
Mateo se simbolizó con un ángel porque su evangelio comienza con la lista de los antepasados de Jesús, el Mesías: Mt 1,1-16. Esta lista es de gran valor para este evangelio porque presenta a Jesús como hijo de David (el más importante de los reyes) e hijo de Abrahán (el padre del pueblo de Dios).
Mateo, también conocido como Leví, era un recaudador de impuestos antes de convertirse en discípulo de Jesús. Su evangelio se centra en la enseñanza y las palabras de Jesús y presenta a Jesús como el Mesías prometido en el Antiguo Testamento.
El Evangelio de Mateo fue escrito en arameo y posteriormente traducido al griego. Por esta razón, Mateo incluye una genealogía de Jesús que se remonta a Abraham, el padre de la nación de Israel, y David, el rey más importante de Israel.
Entre los evangelistas, Mateo enfatiza la enseñanza y las palabras de Jesús y presenta algunos de los sermones más largos de Jesús, como el Sermón del Monte. Este sermón incluye enseñanzas sobre las Bienaventuranzas, el amor a los enemigos, el perdón y la importancia de hacer la voluntad de Dios.
Mateo también narra los milagros y obras poderosas de Jesús, incluyendo la curación de los enfermos, la alimentación de la multitud y la resurrección de los muertos.
En resumen, el Evangelio de Mateo presenta una visión de Jesús como el Mesías prometido y el cumplimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento. A través de sus enseñanzas y milagros, Jesús revela el amor y la voluntad de Dios para la humanidad.
Marcos se simboliza con un león porque su evangelio comienza con la predicación del Bautista en el desierto, donde había animales salvajes. Su evangelio fue el primero en escribirse (en la década de los años 60 después de Cristo) y sirvió como texto de catequesis para los que se preparaban para recibir el bautismo. Es el evangelio más corto y el hecho de que comience presentando a Juan Bautista en el desierto es muy importante.
Marcos fue un compañero y discípulo de Pedro y su Evangelio se cree que fue escrito alrededor del año 70 d. C. y es conocido por su estilo conciso y detallado, y se centra en la acción y los milagros de Jesús. Comienza con el bautismo de Jesús por Juan el Bautista y narra su ministerio en Galilea, su viaje a Jerusalén, y su muerte y resurrección.
El Evangelio de Marcos presenta a Jesús como un hombre de acción, que realiza milagros y sanaciones en el nombre de Dios, y que es perseguido y rechazado por las autoridades religiosas y políticas de su tiempo.
El evangelio también enfatiza la necesidad de seguir a Jesús y aceptar su mensaje, incluso en medio de la persecución y el sufrimiento. En varias ocasiones, Jesús les dice a sus discípulos que deben tomar su cruz y seguirlo, y les enseña que el amor y el servicio son los caminos hacia la verdadera grandeza.
En resumen, entre los evangelistas, Marcos es el que presenta una imagen dinámica y poderosa de Jesús, como el Hijo de Dios que viene al mundo para salvar a la humanidad. A través de sus milagros y enseñanzas, Jesús revela el amor y la voluntad de Dios para la humanidad, y llama a sus seguidores a vivir una vida de servicio y sacrificio.
Lucas se ha simbolizado mediante un buey o un toro porque su evangelio comienza con la visión de Zacarías en el Templo, donde se sacrificaban animales como bueyes, terneros y ovejas. El evangelio de Lucas comienza y termina en el Templo; los Hechos de los apóstoles constituyen la segunda parte del evangelio de Lucas.
El Evangelio de Lucas, compañero y discípulo de Pablo, se cree que fue escrito alrededor del año 80-90 d.c y su evangelio se centra en la compasión y la misericordia de Jesús hacia los pobres, los marginados y los enfermos. Lucas presenta a Jesús como el Salvador. Él, que viene a buscar y salvar a los perdidos. Se centra en la gracia y el amor de Dios.
Lucas narra la infancia de Jesús, incluyendo el nacimiento en Belén, la visita de los Magos y la huida a Egipto. También presenta una genealogía de Jesús que se remonta a Adán.
Lucas incluye varios relatos únicos de la vida y el ministerio de Jesús. Por ejemplo, la parábola del buen samaritano, la historia del hijo pródigo y la parábola del hombre rico y Lázaro.
También narra la curación de muchos enfermos y la resurrección de varias personas, incluyendo a Lázaro y la hija de Jairo.
Entre los evangelistas, Lucas es el único que narra la visita de Jesús a la casa de Zaqueo, un recaudador de impuestos despreciado en la sociedad, y la historia de la viuda pobre que dio todo lo que tenía.
Juan es representado por un águila, la mirada dirigida al sol, porque su evangelio se abre con la contemplación del Jesús-Dios: Jn 1,1.
El evangelio de Juan fue el último en aparecer, y se cree que fue escrito alrededor del año 90-100 d.C por los discípulos de Juan.
Presenta a Jesús como el Hijo de Dios, el Logos divino hecho carne, que vino al mundo para salvar a la humanidad del pecado y la muerte.
Se centra en la divinidad de Jesús, y presenta varias declaraciones de «Yo soy» que enfatizan su identidad como el Hijo de Dios. Estas incluyen «Yo soy el pan de vida», «Yo soy la luz del mundo», «Yo soy el buen pastor», «Yo soy la resurrección y la vida» y «Yo soy el camino, la verdad y la vida».
El Evangelio de Juan también narra la Pasión, muerte y resurrección de Jesús con detalle. Se centra en la relación de Jesús con sus discípulos. Presenta varios discursos de despedida de Jesús, en los que enseña a sus discípulos acerca de su amor y su relación con Dios.
Además, presenta varios milagros que nos narran los otros evangelistas. Por ejemplo, la transformación del agua en vino en una boda en Caná, la curación del hombre ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro.