Mandala es una palabra que en sánscrito, quiere decir círculo sagrado.
Algunos lo llaman el "laberinto de los círculos". Se utiliza para meditar, concentrar energía, equilibrar los desordenes, producidos por diferentes factores, que alteran y desestabilizan.
El mandala es un símbolo circular, que se encuentra desde el comienzo de la humanidad. Las diferentes culturas coinciden en que conduce hacia el camino a la unidad del ser.
La realización de mandalas es eficaz para armonizar, estabilizar y controlar estados de crisis, ansiedad, y desequilibrios. Su meta es fomentar la concentración de la energía en un solo punto durante la meditación.
La utilización de los mandalas se remonta desde los tiempos antiguos, hay grabados en las pirámides egipcias donde muestra que utilizaban la fuerza de los mandalas para su concentración, energización del lugar, meditación profunda, para elevar el nivel de conciencia.
Hay papiros que muestran la utilización de mandalas dentro de las casas para mejor la captación de energía y crear ambiente de armonía y balance, o para transmutar la energía negativa en positiva, igualmente fue utilizado para sanaciones, para fomentar el valor ante cualquier situación, en complejos rituales de diferentes culturas y regiones orientales, en el hinduismo, el tantrismo, el budismo, el lamaísmo tibetano, etc.
Dentro de las múltiples técnicas de relajación orientales, se encuentra la de pintar mándalas, los cuales son publicados en libros parecidos a los de los libros de colorear de los niños, donde viene el mándala sólo dibujado con líneas y el resto en blanco dispuesto para colorear.
Esta técnica de relajación no requiere ninguna disciplina expresa, como puede serlo en otras, ya que quien está haciéndolo lo colorea según sus gustos estéticos e imaginativos.
La pueden realizar personas de cualquier edad, siendo además que fortalece la creatividad.